jueves, 22 de abril de 2021

Ante las elecciones en la Comunidad de Madrid

 


Ante las elecciones en la Comunidad de Madrid 

Reflexiones de la Comisión Permanente del Foro “Curas de Madrid y Más” para compartir con el resto del Foro 


Madrid: 21 de abril de 2021 



La Comisión Permanente del Foro “Curas de Madrid y Más” pone en conocimiento del conjunto de miembros del Foro cuál es la postura mayoritaria de sus componentes ante las próximas elecciones en la Comunidad de Madrid

Somos conscientes de que no todos los que acudimos a nuestros encuentros pensamos lo mismo sobre cuál ha de ser el sentido concreto de nuestro voto. No creemos, asimismo, que a partir de la lectura de los textos bíblicos quepa señalar una opción política como la única que representa y articula de forma clara y plena lo que Jesús consideraría reflejo de “la voluntad de Dios”. Pero, os hacemos llegar nuestras reflexiones por si pueden seros de alguna utilidad en medio de las que también vosotros y vosotras, sin duda, estaréis haciendo. Nos hubiera encantado poder realizarlas juntos y juntos haber llegado a formular una posición consensuada, pero las circunstancias no lo permiten. 




Nuestro punto de partida 

Desde la interpretación que muchos de los miembros del Foro hacemos de los relatos evangélicos y de las enseñanzas que trasmite el resto de los escritos del Nuevo Testamento, y escuchando el mensaje de la Constitución dogmática “Gaudium et Spes” del Concilio Vaticano II, consideramos que, por fidelidad a Jesús, debe ser objetivo prioritario de los que nos decimos seguidores suyos lograr que en la sociedad disfruten del mayor bienestar posible cuantas más personas mejor, sin excluir por principio a nadie. Creemos, por tanto, que nuestro empeño político ha de ser que nuestros gobernantes tomen cuantas medidas sean necesarias para aliviar el sufrimiento de quienes viven en una situación de malestar permanente. Y esto, que habrían de hacerlo siempre, consideramos que cobra mayor razón de ser, si cabe, en estos tiempos de crisis social, sanitaria y laboral que estamos atravesando a causa de la pandémica COVID19. 

Haciéndose eco de la Doctrina Social de la Iglesia y desarrollándola, el papa Francisco desde los inicios mismos de su pontificado ha insistido constantemente en que esta preocupación debe tenerla como propia todo cristiano. Lo dijo ya en la Exhortación apostólica “Evangelii gaudium”, dada en noviembre de 2013, sale a relucir en la Encíclica “Laudato si'”, dada en 2015; y recorre de principio a fin la Encíclica Fratelli tutti”, dada en 2020. “Es un mensaje tan claro – dice en la Exhortación apostólica Evangelii gaudium” –, tan directo, tan simple y elocuente, que ninguna hermenéutica eclesial – de los textos neotestamentarios – tiene derecho a relativizarlo” (EG 194). 

Siendo estas las convicciones que compartimos, nos causa profunda preocupación cuál acabe siendo el resultado de las elecciones convocadas en la Comunidad de Madrid. Del mismo depende que en ella se camine hacia el logro del objetivo mencionado o que deje de estar entre las preocupaciones de las personas elegidas para regir nuestras instituciones. 2 


No es una preocupación meramente teórica, sino fundada tanto en cómo se ha gobernado la Comunidad desde las últimas elecciones, como en las circunstancias concretas en que se han convocado las del próximo día 4 de mayo, tan sólo un año y diez meses después de aquellas 



Nuestro análisis de la situación 

Después de un largo proceso negociador, Isabel Díaz Ayuso superó la sesión de investidura, el 14 de agosto de 2019, y asumió el gobierno de la Comunidad, en coalición con Ciudadanos y contando con el apoyo externo de VOX. Por entonces no cabía pensar que su política fuera a ser menos liberal que la que llevaba ejerciendo el PP desde que comenzó a gobernar Madrid en 1995. Sin embargo, pronto empezó a verse que su liberalismo político era más radical que el de sus antecesores y antecesoras en el cargo. Se vio, también, enseguida que desde la presidencia de la Comunidad iba a ejercer de jefa de la oposición al gobierno de coalición del PSOE y de Unidas Podemos, con una crispación y un radicalismo mayor que el del presidente de su partido, Pablo Casado, y a la altura del practicado por los dirigentes de VOX. Ambos aspectos de su modo de gobernar en Madrid y desde Madrid se pusieron más en evidencia a partir del comienzo de la crisis provocada por la irrupción del COVID19 y con los sucesivos y diversos estados de alarma

Durante esta grave crisis sanitaria el ambiente político nacional y en especial el de la Comunidad de Madrid se ha crispado hasta alcanzar cotas muy elevadas. Y, como consecuencia de esta crispación, ha crecido la agresividad hacia el oponente político. VOX llega a describirlo como un “enemigo de España”, al que hay que expulsar del tablero de juego. De este modo, cuando la pandemia exigía unir fuerzas para combatirla, desde el PP nacional, desde el PP de la Comunidad de Madrid y desde VOX se ha arremetido contra prácticamente todas las decisiones que tomaba el Gobierno, fueran las que fueran. En estos ámbitos los gritos histriónicos no dejan escuchar las razones ni los datos, y crean un escenario en el que se nos escapaban los debates importantes, fomentando el frentismo. Pero es preciso destacar que este modo de proceder no puede generalizarse, pues en otros ámbitos, sin renunciar a las legítimas y necesarias diferencias, se ha buscado la convergencia de las diversas posturas, pensando en el bien común de los españoles. Es el caso del Ministerio de Sanidad y la mayor parte de las Comunidades Autónomas. O el del Ministerio de Trabajo y Economía Social y la Patronal y los Sindicatos

Apenas comenzó la pandemia a mostrar sus efectos más dañinos, se vio que las personas más susceptibles de resultar contagiadas eran las de mayor edad. Quedó demostrado que ni el sistema sanitario regional, gestionado por el Partido Popular desde 1995, ni la mayor parte de residencias de la Tercera Edad, dependientes de la Comunidad de Madrid, estaban en condiciones de prestar una atención adecuada a los miles de residentes que comenzaron a contagiarse en masa. Muchos de ellos, aplicando protocolos establecidos por la Comunidad, no fueron derivados a los hospitales y murieron solos, sin ayuda médica y con sufrimiento insoportable, al ahogarse en su propia insuficiencia respiratoria. Serán los tribunales quienes dicten sentencia sobre las diversas denuncias interpuestas por familiares de las víctimas, mientras tanto las actuales autoridades regionales no han reconocido la existencia de tales problemas, ni han admitido responsabilidad alguna en los padecimientos y en las muertes de tantas personas. 3 


Tampoco han dado síntoma alguno de que tengan intención de cambiar el tipo de políticas que han generado los problemas mencionados. Más aún, cuando en España, como en el resto del mundo, faltos de un tratamiento médico eficaz contra el virus y carentes de vacunas que evitaran los contagios, el Gobierno Central optó, como medidas de urgencia, por imponer diferentes modos de confinamiento y rastrear a los posibles contagiados, para que no contribuyeran a la expansión del virus, la Comunidad no sólo no contrató el personal necesario para llevar a cabo un rastreo exhaustivo, sino que, además, durante la primera ola, Isabel Díaz Ayuso criticó ferozmente las órdenes de confinamiento. Y en las siguientes, cuando pudo gestionarlos de forma directa, la presidenta se ha inclinado por decretar un tipo de restricciones de movilidad que salvaran los intereses de los comerciantes, especialmente los de la hostelería y los locales de ocio, aunque su eficacia para frenar los contagios sea muy limitada. Esto muestra que ha antepuesto lo económico frente a lo sanitario. Y, a su vez, ha seguido impulsando una gestión de lo público, incluida la fiscalidad, que beneficia a los mejor situados en la escala social, menoscabando la protección de los más vulnerables. Es decir de los que necesitan ayuda para hacer frente a su dependencia, o a su falta de vivienda o a su precariedad económica y cultural o a sus condiciones de vida indignas. Podrían ponerse numerosos ejemplos, pero baste citar lo que desde octubre lleva pasando con muchas de las personas que malviven en la “Cañada Real”. 

Así las cosas, Isabel Díaz Ayuso, tomando como excusa la moción de censura que el PSOE y Ciudadanos presentaron el día 10 de marzo en la Comunidad de Murcia, ha convocado las elecciones anticipadas que dan pie a la redacción y publicación de estas Reflexiones de la Comisión Permanente del Foro “Curas de Madrid y Más”. Es claro su propósito de desembarazarse de la incómoda compañía de Ciudadanos, aunque, a tenor de lo que indican las encuestas, para gobernar necesite los votos de VOX. Es una posibilidad que no descarta. Aunque conlleve la inclusión de algunos de sus dirigentes en el gobierno de la Comunidad. Y sin dar importancia a que promuevan políticas de enfrentamiento contra los que consideran “malos españoles” y de exclusión de aquellos que reclaman ayuda en su indigencia o atención a su diversidad, por no considerarlos dignos de recibirlas. 


Nuestros temores y nuestra postura 

Esta posibilidad, con claros visos de convertirse en real, nos alarma enormemente. Y no sólo como parte de la ciudadanía de Madrid sino también, insistimos, como cristianos y cristianas seguidores de Jesús. En coherencia con nuestra fe, consideramos un deber procurar que la sociedad, en general, y nuestra Comunidad, en concreto, tengan una legislación y un gobierno que defiendan y protejan los intereses de las personas más necesitadas, que viven o transitan dentro de sus límites territoriales. 

A nuestro juicio, esto debe formar parte del objetivo general, ya señalado, de que entre nosotros disfruten del mayor bienestar posible cuantos más hombres y mujeres mejor, no sólo quienes tienen una posición social más desahogada. Pero creemos que si para legislar y gobernar en Madrid llega a producirse la coalición entre el PP y VOX lejos de caminar en esa dirección, tomaremos el sendero contrario. Ya que al ultra liberalismo político y económico de Isabel Díaz Ayuso y su partido se sumarán las propuestas anticonstitucionales, antidemocráticas, antifeministas, homófobas y aporofóbicas de VOX, de las que alardea sin recato alguno. 

Creemos, por ello, que es nuestro deber y también el de otras instancias eclesiales, incluido el propio Consejo Episcopal o la Vicaría para el desarrollo humano integral y la innovación o Caritas diocesana


o Justicia y Paz, advertir de este riesgo. Aunque el PP y VOX tiendan a presentarse como quienes mejor defienden los intereses de la Iglesia Católica, y aunque haya católicos que así lo crean, en lo relativo a algo tan fundamental como es tender la mano a “los cansados y agobiados” no creemos que puedan ser tenidos como modelo. Y si la Iglesia católica, sus jerarquías y sus bases, aparece ante los que sufren como ajena a lo que les sucede o como quien confraterniza con quienes les causan y no remedian sus padecimientos, cundirá en ellos y en otras personas el desencanto y le darán la espalda. 

Por eso alzamos nuestra voz y hacemos un llamamiento a los electores y electoras de la Comunidad de Madrid, particularmente a quienes nos decimos seguidores de Jesús, para que el próximo día 4 de mayo nuestro voto no contribuya a que el riesgo de que en nuestra Comunidad los más desvalidos sufran mayor desamparo se convierta en un hecho real. Además del PP y VOX, existen otras fuerzas políticas en las que podemos depositar nuestra confianza y consideramos, por los motivos expuestos, que sería razonable que esa fuese la decisión de la mayoría de los votantes de nuestra Comunidad. Aunque, lógicamente, cada cual es libre de votar a quien le parezca. 

No están directamente en juego los grandes y, en algunos casos, ficticios problemas políticos de los que tanto hablan estos dos partidos y hacia los que ya intentan que dirijamos nuestra atención durante la campaña electoral, sino, como hemos tratado de resaltar, otros más concretos y cercanos. No se juega en estas elecciones la unidad de España, ni la cuestión lingüística, ni el apoyo a los terroristas de ETA, ni el sistema educativo español, ni la legislación del aborto o la eutanasia o la diversidad de género, ni el problema migratorio. Están en juego problemas que tienen que ver con el bienestar o el malestar de quienes más sufren entre nosotros, en los pueblos y en los barrios de las ciudades de la Comunidad de Madrid. Como cristianos y cristianas que vivimos y votamos en este ámbito geográfico, sin desentendernos de los problemas generales, esto es lo que ahora nos preocupa. Y animamos a que ningún votante se quede en casa el día cuatro de mayo, especialmente los que más perjudicados se verían si la coalición PP/VOX asume el poder. A saber, los hombres y mujeres que se encuentran o pueden encontrarse en grave situación de desamparo económico, cultural o sanitario. 


Comisión Permanente del 

Foro “Curas de Madrid y Más”