jueves, 5 de mayo de 2022

Un teólogo, un poeta, un profeta

Miembro activo del Foro "Curas de Madrid"

El sacerdote Francisco Margallo Bagazo (Cáceres, 1936), falleció en Madrid, donde residió la mayor parte de su vida.

Conocí a Francisco Margallo en el año 1976 estudiando Sagrada Escritura en Comillas con el      P. José Alonso S.J. Unos años después Francisco Margallo completó estudios en Salamanca, especializándose en la teología política, temática sobre la que versó su Tesis Doctoral.




Escuché de sus labios que terminando sus estudios en Salamanca, le propusieron seguir en Alemania, Münster y finalizar allí su tesis doctoral con el profesor Johann Baptist Metz, teólogo que se caracterizó por dar una importancia fundamental a la política dentro de la reflexión teológica, algo que le llevó a ser considerado el fundador de la nueva teología política. Pero un contratiempo médico importante (operación), lo retuvo en España.


Coincidí nuevamente con él, sirviendo en los pueblos de la llamada “sierra pobre” de Madrid. Pueblos como: La Serna del Monte, Gascones, Gargantilla de Lozoya, Canencia, en un primer momento y posteriormente en: Guadalix de la Sierra, Pedrezuela, Miraflores de la Sierra, Venturada. Durante los fines de semana nos desplazábamos desde Madrid para celebrar en esos pueblos, pertenecientes a la Vicaría I que presidía don José María Bravo Navalpotro.



Perteneció a “El Foro de Curas de Madrid” desde su inicio, sintonizando 

con sus vivencias. 


Desde una fidelidad creativa al Evangelio y a las directrices renovadoras del Vaticano II, se unió con los que querían promover otras formas de vivir el Evangelio y comulgando con los objetivos del Foro: asumir la laicidad como condición universal de la Iglesia y el ministerio jerárquico como servicio; reivindicar el protagonismo de los laicos como valor esencial para el buen funcionamiento de la Iglesia, defender los derechos  humanos y las exigencias de los más marginados y pobres. 


Era un gran conocedor de la obra de Ortega y Gasset. Lo demostró en algunas de sus obras como: “Teología de J.Ortega y Gasset” 2013.





¡ Cuanta marginación por parte de la Jerarquía !  

¡ cuanto pecado de omisión en la mandos jerárquicos!



Precisamente Francisco Margallo escribía en el año 2007 “En la Iglesia Católica, se necesita recuperar la imagen de la Iglesia como Arca de Noé, en la que caben todos los que navegan hacia Dios, eliminando cualquier signo de favoritismo y exclusión. Porque ocurre no pocas veces que, bajo el pretexto poco evangélico de que "no son de los nuestros", se prescinde de personas muy valiosas...La nave de Pedro está llamada a adentrarse sin miedo en el mar, aunque las olas la cubran hasta hacerla zozobrar. Sin temer los riesgos del mundo moderno, porque en ellos se oye la voz de Jesús que dice: rema mar adentro..”. 


Hoy que estamos aún inmersos en una pandemia, pregunto: ¿ qué caso se hace hoy en día, en determinadas jerarquías de la Iglesia Católica, a la queja y crítica (enfermedades) de la Iglesia?.


La enfermedad de sentirse indispensable, con falta de autocrítica. Es la enfermedad de quienes se sienten amos y superiores a todos.


La enfermedad que te hace perder la sensibilidad y desprecia al que consideramos que no comulga con nuestro pensar. Y así se le margina y “arrincona”.


La enfermedad que pretende regularlo todo (legalismo). Todo tiene que ser domesticado. Y marginan la frescura, la creatividad y la innovación.


La enfermedad de Alzheimer espiritual, es decir, olvidan al Maestro y quedan en ídolos que construyen y mantienen desde el poder.


La enfermedad de la vanagloria. Las ropas, los colores se convierten en lo principal.


La enfermedad que siembra cizaña y así quema la fama del otro. Son los que por cobardía no son capaces de hablar cara  a cara, sino que marginan a escondidas.


La enfermedad del “chaqueteo” con el superior para conseguir “trepar”. Solo piensan en lo que tienen que conseguir no en lo que tienen que aportar. Brilla el egoísmo.


La enfermedad de los grupos cerrados, bloques que no aportan luz, transparencia. Grupos que se cierran en su exclusivo beneficio, considerándose privilegiados por el poder. 


La enfermedad que busca poder, aunque para conseguirlo no excluyen la calumnian, difaman, desacreditan a los demás. Se sienten con bula especial.


Francisco Margallo ya no será marginado. Descansa en la Gloria del Señor. Y como escribía en “Vino viejo en odres nuevos” (Poesía, Política y Profecía), es ya verdaderamente libre.