lunes, 3 de febrero de 2020

Coloquio: ¿Por qué continúa la desafección en la Iglesia? ¿Cómo revertirla?

La desafección en la Iglesia y cómo revertirla
Siguiendo nuestra práctica habitual de celebrar un coloquio cada dos meses, más o menos, y según lo que acordamos en la reunión de la Permanente que celebramos a mediados de diciembre, os anunciamos que nuestro próximo encuentro será el lunes 10 de febrero, a la misma hora y en el mismo lugar que otras veces.
Después de reflexionar sobre qué tema proponeros para el intercambio de opiniones y el diálogo entre unos yo otros, acordamos volver sobre un problema al que en la Iglesia, sin exagerar, llevamos varios siglos dando vueltas. Lo hemos llamado el problema de la “desafección eclesial”. En torno a él siempre nos hacemos dos preguntas, aunque en nuestro coloquio, sin dar de lado a la primera, queremos centrarnos más en la segunda:

1º. ¿Por qué desde hace varios siglos y también ahora y en circunstancias muy diferentes continúa y se incrementa la desafección de miles de personas, millones, respecto a la pertenencia a la Iglesia? ¿Por qué continúa y se incrementa la desafección de miles de personas, millones, respecto a la profesión del credo con el que expresamos nuestra fe y respecto a la práctica de los preceptos morales y litúrgicos que la jerarquía nos presenta como santos, justos y buenos?

2. ¿Cómo, con qué palabras y con qué obras, pensamos que en nuestro tiempo podríamos frenar esa desafección? ¿Con qué palabras y con qué obras nos parece que la Iglesia en general y nosotros y nuestras comunidades podríamos generar afección y seguimiento entre quienes nos rodean?


Abrirá la reflexión y el debate Javier Baeza, al que todos conoceréis. Lleva ya unos cuantos años encargado por la diócesis de la dirección del Centro pastoral san Carlos Borromeo. Conoce bien, como todos nosotros, el problema de la desafección, y ha reflexionado sobre él. Pero, además, pese a las múltiples y duras críticas que ha recibido por parte de gente de la propia Iglesia, incluida la Jerarquía, ha logrado, junto con las personas que trabajan codo con codo junto a él, algo importante, que ese centro pastoral se haya convertido en algo que atrae las miradas de muchas personas, algo que genera afección y suscita seguimiento. 

Queremos que nos hable de los dos asuntos, pero sobre todo del segundo. ¿Cuáles son los motivos que generan la desafección eclesial y cuáles las palabras y las obras que pueden hacer que la tendencia cambie?
Un cordial saludo para todas y todos.

Jesús L. Sotillo

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